UNA COPA DE VINO, MUY FRIO POR FAVOR.
Tus ojos. Y
el reloj de mi corazón empieza a acelerarse. Incrédula me acerco. La alegría y
el miedo se apoderan de mí. Eres tú. Más viejo, más alto, más cansado… Has
vivido más años que la última vez.
Me has
visto. Lo se. Esperas a una presentación de protocolo. Recuerdo tus caricias
mientras un conocido hace el buen papel de anfitrión. Sonreís y yo sonrío.
-
Un
placer
-
Igualmente
Me miras
preguntándote a ti mismo quien soy. De qué me conoces. Me excuso, me sigues.
-
¿Nos
conocemos verdad? Tu cara me suena familiar.
Te sonrío mientras pienso “Si, yo te maté”. Es evidente, no
es una buena respuesta.
Empezamos
una conversación cualquiera, en medio del mundo. Poco a poco el mundo deja de
existir y unas sillas junto con dos copas son el centro de nuestra existencia. Tú
y yo… 235 años después. Tu con el don
del olvido y yo con la maldición del recuerdo. Parece que no haya pasado el
tiempo, tu alma me reconoce aunque no tu mente.
Te clavé aquel
cuchillo mientras dormías. No te procuré dolor alguno mi vida. Cuando amas como
yo a ti, el sentimiento se convierte en dependencia. No podía vivir así. Debía ser libre.
Mi mano
izquierda no sujetó la derecha de asesina que hay en mí. Fue tan rápido que ni
me di cuenta. Dormías tan plácidamente después de hacerte el amor…
Hubo
instantes en que me arrepentí. Pero la mayoría del tiempo construí sueños en
los que ambos vivíamos una vida feliz. No hay nada mejor que los sueños para
hacer la propia voluntad.
Llevas ya
unas cuantas copas, sigues siendo el mismo y yo voy cayendo a tus pies.
Te he echado
tanto de menos todo este tiempo. Viviendo y muriendo, tres vidas con sus dos
muertes sin conocer amor alguno. Recordándote y sin olvidar la asesina que fui, buscando
perdón en cada religión que aprendí.
-
Llevo
el coche, está cerca. (Has bebido demasiado para conducir)
-
No,
no. Te llevo con el mío. (Tras una pequeña conversación rutinaria de
convencimiento aceptas)
Nos subimos
y quedamos para el día siguiente. Una cita. Por la noche… Te dejo en una
esquina por petición pero te sigo.
Se enciende
la luz del portal al mismo tiempo la de una ventana. Veo la sombra de una
mujer, luego aparece la tuya. Discutís. Ella llora y tú la besas, en sus
labios.
Las copas y
el vino abren los cerrojos de los secretos. Muchas amantes dijiste
fanfarroneando y una pobre mujer por esposa, que omitiste. Me recuerda que hace
muchos años también fui tu esposa. ¿Quién se fiaría de alguien como tú? ¿Quién
quería ser tu quinto, sexto o séptimo plato?
Con tu
seguro vales más muerto que vivo para tu mujer.
Una asesina
despierta. ¿O quizás despertó en la 3
copa que te ofreció? Tu sombra cae al suelo.
Perdona mi
amor pero lamentablemente mañana no acudirás a la cita. Tomaré una copa de
vino, muy frío, por supuesto a tu salud.
Amparo García (MIZU)
Posible relato para la valenciadarkwek
No hay comentarios:
Publicar un comentario