miércoles, 2 de enero de 2013



UNA COPA DE VINO, MUY FRIO POR FAVOR.


Tus ojos. Y el reloj de mi corazón empieza a acelerarse. Incrédula me acerco. La alegría y el miedo se apoderan de mí. Eres tú. Más viejo, más alto, más cansado… Has vivido más años que la última vez.

Me has visto. Lo se. Esperas a una presentación de protocolo. Recuerdo tus caricias mientras un conocido hace el buen papel de anfitrión. Sonreís y yo sonrío.

-          Un placer

-          Igualmente

Me miras preguntándote a ti mismo quien soy. De qué me conoces. Me excuso, me sigues.

-          ¿Nos conocemos verdad? Tu cara me suena familiar.

Te sonrío mientras pienso “Si, yo te maté”. Es evidente, no es una buena respuesta.

Empezamos una conversación cualquiera, en medio del mundo. Poco a poco el mundo deja de existir y unas sillas junto con dos copas son el centro de nuestra existencia. Tú y yo… 235 años después.  Tu con el don del olvido y yo con la maldición del recuerdo. Parece que no haya pasado el tiempo, tu alma me reconoce aunque no tu mente.

Te clavé aquel cuchillo mientras dormías. No te procuré dolor alguno mi vida. Cuando amas como yo a ti, el sentimiento se convierte en dependencia.  No podía vivir así. Debía ser libre.

Mi mano izquierda no sujetó la derecha de asesina que hay en mí. Fue tan rápido que ni me di cuenta. Dormías tan plácidamente después de hacerte el amor…

Hubo instantes en que me arrepentí. Pero la mayoría del tiempo construí sueños en los que ambos vivíamos una vida feliz. No hay nada mejor que los sueños para hacer la propia voluntad.

Llevas ya unas cuantas copas, sigues siendo el mismo y yo voy cayendo a tus pies.

Te he echado tanto de menos todo este tiempo. Viviendo y muriendo, tres vidas con sus dos muertes sin conocer amor alguno. Recordándote  y sin olvidar la asesina que fui, buscando perdón en cada religión que aprendí.

-          Llevo el coche, está cerca. (Has bebido demasiado para conducir)

-          No, no. Te llevo con el mío. (Tras una pequeña conversación rutinaria de convencimiento aceptas)

Nos subimos y quedamos para el día siguiente. Una cita. Por la noche… Te dejo en una esquina por petición pero te sigo.

Se enciende la luz del portal al mismo tiempo la de una ventana. Veo la sombra de una mujer, luego aparece la tuya. Discutís. Ella llora y tú la besas, en sus labios.

Las copas y el vino abren los cerrojos de los secretos. Muchas amantes dijiste fanfarroneando y una pobre mujer por esposa, que omitiste. Me recuerda que hace muchos años también fui tu esposa. ¿Quién se fiaría de alguien como tú? ¿Quién quería ser tu quinto, sexto o séptimo plato?

Con tu seguro vales más muerto que vivo para tu mujer.

Una asesina despierta.  ¿O quizás despertó en la 3 copa que te ofreció? Tu sombra cae al suelo.

Perdona mi amor pero lamentablemente mañana no acudirás a la cita. Tomaré una copa de vino, muy frío, por supuesto a tu salud.
Amparo García (MIZU)
Posible relato para la valenciadarkwek
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario